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Agenda Ciudadana
Rebecca Arenas
López Obrador: una vez más encono y polarización
4 de julio de 2012
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Todo parece anunciar que los habitantes de la Ciudad de México, de nueva cuenta volveremos a padecer el caos provocado por las marchas y plantones promovidas por el Peje López Obrador, quien a escasas 24 horas de realizada la elección del 1º de julio, acaba de anunciar que impugnará los comicios presidenciales por "inequitativos y plagados de irregularidades"
Hace seis años, López Obrador también impugnó la elección presidencial en la que compitió, paralizando el Centro Histórico y el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, con un enorme plantón en donde sus seguidores se instalaron durante semanas, pretendiendo presionar a las autoridades electorales, inconformes con el resultado de menos de un punto a favor del candidato del PAN, Felipe Calderón.
En esta ocasión, ni los siete puntos que le lleva de ventaja el priísta Enrique Peña Nieto, han logrado que el tabasqueño acepte su derrota. Marrullero como es, solo reconoce aquello que le favorece, lo que no, lo descalifica y ataca.
En conferencia de prensa, transformada en mitin proselitista, el Peje López Obrador anunció que impugnará la elección presidencial, formulando acusaciones con su proverbial estilo: acusar con gran aplomo y sin ninguna prueba. Por si fuera poco, el clima de acoso hacia los periodistas asistentes dejaron claro la animadversión y la violencia promovidas por el Peje.
Y sin más, se lanzó formulando acusaciones contra Enrique Peña Nieto por "haber sido favorecido por las televisoras" y porque durante su campaña "se rebasaron los topes fijados por las autoridades". Esas serán dos de las causales -adelantó- que piensa presentar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)
No llamará a la resistencia civil, aclaró, hasta que se agote el procedimiento legal y se concluya la revisión de las actas y de los votos, lo que ocurrirá hoy miércoles. A nadie sorprenda entonces que promueva enfrentamientos cuando no le gusten los resultados.
A diferencia de hace seis años, cuando el Peje tuvo que movilizar a sus seguidores de diversas partes del país al Distrito Federal para que mantuvieran ocupadas las miles de carpas del mega plantón en el Paseo de la Reforma, ahora el tabasqueño cuenta con los jóvenes del movimiento #Yo Soy 132, cuya conformación y despliegue es obra de Manuel Camacho Solís, retribuido por estos servicios al Peje con una Senaduría plurinominal, que le quitaron a un joven perredista que ya era el candidato.
Encandilados con sus pininos protagónicos en la escena pública, la presencia del movimiento #Yo Soy 132 ha permitido al Peje manipularlos a voluntad. A menos de 24 horas de conocerse los resultados de los comicios presidenciales, miles de jóvenes salieron a las calles a protestar por el triunfo de Enrique Peña Nieto.
Que no les guste Peña es una cosa, pero que se inconformen porque haya ganado es inaceptable. El derecho de esos jóvenes termina donde empieza el derecho de quienes votaron distinto a ellos.
Por inexperiencia, los del movimiento #Yo Soy 132 parecen asumir que salir a la calle y gritar consignas en contra del ganador podría cambiar los resultados de la elección. Habría que recordarles que no se trata de una asamblea universitaria en donde el que tiene más saliva traga más pinole, sino de una elección fundamental para México y los mexicanos, en donde lo único que cuenta son los votos emitidos con plena transparencia y legalidad por los ciudadanos.
López Obrador está en su pleno derecho de impugnar la elección presentando pruebas de cuanto acuse ante los órganos electorales. Pero que no polarice y genere animadversión entre los mexicanos con su visión maniquea de "si gano es democracia, si pierdo es fraude".
Los ciudadanos ya votamos y el sentido de nuestro sufragio tendrá que respetarse. De eso trata la democracia, no podemos olvidarlo.
Hace seis años, López Obrador también impugnó la elección presidencial en la que compitió, paralizando el Centro Histórico y el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, con un enorme plantón en donde sus seguidores se instalaron durante semanas, pretendiendo presionar a las autoridades electorales, inconformes con el resultado de menos de un punto a favor del candidato del PAN, Felipe Calderón.
En esta ocasión, ni los siete puntos que le lleva de ventaja el priísta Enrique Peña Nieto, han logrado que el tabasqueño acepte su derrota. Marrullero como es, solo reconoce aquello que le favorece, lo que no, lo descalifica y ataca.
En conferencia de prensa, transformada en mitin proselitista, el Peje López Obrador anunció que impugnará la elección presidencial, formulando acusaciones con su proverbial estilo: acusar con gran aplomo y sin ninguna prueba. Por si fuera poco, el clima de acoso hacia los periodistas asistentes dejaron claro la animadversión y la violencia promovidas por el Peje.
Y sin más, se lanzó formulando acusaciones contra Enrique Peña Nieto por "haber sido favorecido por las televisoras" y porque durante su campaña "se rebasaron los topes fijados por las autoridades". Esas serán dos de las causales -adelantó- que piensa presentar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)
No llamará a la resistencia civil, aclaró, hasta que se agote el procedimiento legal y se concluya la revisión de las actas y de los votos, lo que ocurrirá hoy miércoles. A nadie sorprenda entonces que promueva enfrentamientos cuando no le gusten los resultados.
A diferencia de hace seis años, cuando el Peje tuvo que movilizar a sus seguidores de diversas partes del país al Distrito Federal para que mantuvieran ocupadas las miles de carpas del mega plantón en el Paseo de la Reforma, ahora el tabasqueño cuenta con los jóvenes del movimiento #Yo Soy 132, cuya conformación y despliegue es obra de Manuel Camacho Solís, retribuido por estos servicios al Peje con una Senaduría plurinominal, que le quitaron a un joven perredista que ya era el candidato.
Encandilados con sus pininos protagónicos en la escena pública, la presencia del movimiento #Yo Soy 132 ha permitido al Peje manipularlos a voluntad. A menos de 24 horas de conocerse los resultados de los comicios presidenciales, miles de jóvenes salieron a las calles a protestar por el triunfo de Enrique Peña Nieto.
Que no les guste Peña es una cosa, pero que se inconformen porque haya ganado es inaceptable. El derecho de esos jóvenes termina donde empieza el derecho de quienes votaron distinto a ellos.
Por inexperiencia, los del movimiento #Yo Soy 132 parecen asumir que salir a la calle y gritar consignas en contra del ganador podría cambiar los resultados de la elección. Habría que recordarles que no se trata de una asamblea universitaria en donde el que tiene más saliva traga más pinole, sino de una elección fundamental para México y los mexicanos, en donde lo único que cuenta son los votos emitidos con plena transparencia y legalidad por los ciudadanos.
López Obrador está en su pleno derecho de impugnar la elección presentando pruebas de cuanto acuse ante los órganos electorales. Pero que no polarice y genere animadversión entre los mexicanos con su visión maniquea de "si gano es democracia, si pierdo es fraude".
Los ciudadanos ya votamos y el sentido de nuestro sufragio tendrá que respetarse. De eso trata la democracia, no podemos olvidarlo.
